miércoles, 30 de mayo de 2012

La vida no es tan dulce o cosas que me da miedo contar

Esta mañana he venido dispuesta a seguir trabajando en la receta que quiero publicar, ya que la semana pasada como bien sabéis estuve ausente por cuestiones familiares.

El caso es que antes de ponerme a trabajar tengo por costumbre darme una vuelta por las redes sociales, a ver qué se cuece. Y mi querida Aliter Dulcia había publicado nueva entrada, así que allá he ido. Y puedo decir que literalmente me he quedado con la boca abierta. Increíble compactado de verdades dichas por Isabel en este sublime post.

Toda esta historia empieza gracias a otro fabuloso blog: Biscayenne, que harta de preciosismos y mundos perfectos reflejados en artificiales blogs gastronómicos, saca un puñado de verdades para animarnos a reconocer cosas que nos da miedo contar.


Sé que habrá seguidores que se indignen porque esté escribiendo esta parrafada sin ninguna receta. Pero he decidido aparcar por un momento lo que estaba preparando para el blog, para sumarme a este movimiento que me ha parecido increíble.

-  Soy publicista de formación. Sí, estudié publicidad, y lo mejor es que nunca me gustó ni quise dedicarme a ello. Pero no me arrepiento. Recuerdo mis años de carrera con muchísimo cariño, y creo que estudiar Publicidad y Relaciones Públicas me ayudó a comprender este mundo en el que vivimos, lleno de banalidades y artificialidad. Al principio tuve una crisis de identidad. Me sentía indignada con la sociedad. Me cabreaba el mundo, las personas, su indiferencia... Con los años he aprendido a relajarme. Ahora soy yo la que es un poco indiferente a lo que pasa a mi alrededor. Y he de decir que soy mucho más feliz.

La publicidad me enseñó que nos gusta la belleza y los mundos idílicos para evadirnos de nuestra realidad. Y probablemente, nuestra vida no es ni la mitad de triste de lo que la percibimos. Pero la publicidad nos hace que la veamos así, para que necesitemos cosas materiales que nos hacen creer que nos darán la felicidad absoluta.
Y en el mundo bloguero pasa exactamente lo mismo. Cuántos blogs encontramos con bodegones de ensueño, recetas de lujo y cientos y cientos de platos, trapos, fondos... acordes con cada ocasión.

Cuando comencé con esta pequeña aventura de Blog Appétit!, yo soñaba con que mi blog fuera así. Es más, me obsesioné. Me tiraba noches y noches trabajando, retocando mis miserables fotos, buscando la receta perfecta... Me trastornaba publicar un día más tarde de la fecha que yo me había impuesto y me pasaba los fines de semana cocinando sin parar, sin disfrutar de mi tiempo libre, ni de mi pareja, y comiendo a las cinco de la tarde un plato frío, después de una hora de sesión fotográfica.

Me obsesionaba el número de visitas, el número de fans en Facebook, el Twitter...

Después de unos meses, me he dado cuenta de que todo esto me importa una castaña. Publico una vez a la semana porque mi vida no depende de ello, y porque trabajo y me faltan horas al día. Intento disfrutar de mi vida y de Madrid, y estar todo el día pegada al ordenador no me hace feliz. 

Me ilusiona muchísimo cada comentario que me dejan en el blog o en las redes sociales. Y a los comentarios dolientes no les hago caso, ni culpo a las personas que los escriben: hay mucho aburrimiento en el mundo, así que no me lo tomo mal.

-  Detesto los bloger@s que se creen súper estrellas. Y recalco lo de que "se creen" (porque algunos no son "nadie", aunque ellos creen que sí...). He tenido la fortuna de conocer "estrellas" blogueras que son lo más humilde y cariñoso del mundo, que no van de nada por la vida. Así que el problema no es el éxito, sino la persona.

Por mi trabajo he conocido políticos, actores y diversas personalidades influyentes de alguna u otra forma. Y como en todo, los hay que son maravillosos y los hay que son unos creídos. Nunca entenderé por qué una persona se cree más que otra por "hacer bien su trabajo". Y tampoco entenderé por qué las personas con éxito se atribuyen el derecho de poder tratar mal a sus fans o seguidores. Creo que las formas no deben perderse nunca, y menos si eres una figura "pública".

-  Odio las envidias insanas que hay en el mundo repostero creativo. Hay quien dice que es porque es un campo principalmente lleno de mujeres. Allá cada uno con su trabajo, y ole por los que triunfan gracias a su esfuerzo y a su talento.

-  Me chifla la repostería porque soy una golosa sin remedio. Con el tiempo he aprendido a controlarme, pero años atrás mi consumo de azúcar no tenía límite. Así que la repostería de diseño me enamoró en cuanto la conocí. Busqué cursos y más cursos para aprender aquello que me parecía tan preciosísimo. Y cuál fue mi decepción al probar el fondant y que no me gustara nada... Afortunadamente, he comprobado que el fondant hay que saber elegirlo (no todos saben igual), y aunque prefiero una tarta sencilla de las de toda la vida, la repostería creativa puede ser muy sabrosa y espectacular.  Y esto me lo enseñó mi querida Natalia de Dulces Ilusiones. Lo mejor de un dulce decorado no debe ser su apariencia, sino su sabor.

- Detesto las modas. Tal vez es porque en publicidad aprendí cómo de programado está el mundo en el que vivimos. Así que no soporto ni los programas de moda, ni los libros de moda, ni la ropa de moda, ni las gafas de moda, ni el deporte de moda, ni la música de moda. Me gusta ir a contracorriente. Y me encanta ser "zocata", escribir como los chinos y darle sin querer un codazo al de al lado en la hora de la comida.

-  Vivo en un mini piso de la capital y mi cocina es un zulo. Una vez me preguntaron que si vivía en un chalet. Pues no. Mi casa no llega a los 40 metros, y encima la tengo llena de cajas y más cajas de trastos de repostería. Así que mi piso ha sido bautizado como el "almacén".

-  Soy desordenada. Y mucho. Me gustaría no serlo, pero no hay forma de corregirme...

-  Siempre voy corriendo. Soy como el conejo de Alicia en el País de las Maravillas, llegando tarde a todos lados con el móvil en la mano para mirar la hora.

-  Soy demasiado exigente conmigo misma. Y cuando digo demasiado, me refiero a que nunca estoy satisfecha con mi trabajo. Ni con lo que escribo, ni con mis fotos... Cuando me dicen que mis fotos son bonitas me quedo perpleja. Para mí son una full. Y antes éste era un tema que también me obsesionaba. Pero ni tengo sitio para hacer fotos, ni luz en mi casa... Así que me las apaño como puedo.

-  No soporto que me molesten cuando estoy cocinando. Necesito concentración máxima, y he tenido varias discusiones cuando voy a casa de mis padres por este tema. Cuando cocino, todo el mundo me estorba.

-  No considero que cocine bien, pero le pongo ganas. De hecho, como nunca tengo tiempo, no me suelo preparar nada entre diario. No me motiva cocinar para mí sola, así que suelo comer cualquier tontería que compro en el súper (gazpacho, ensalada o un bocata).

- Soy tremendamente despistada y vergonzosa. Me tienen que recordar las cosas veinte veces.

- A veces soy un poco fría y seca, o eso me dicen en Madrid. Aunque tampoco les sorprende, porque afirman que los valencianos somos así.

- Adoro Madrid, aunque estoy deseando irme de la ciudad. Me gusta la tranquilidad y el campete, y no el tráfico, las aglomeraciones y el stress de las urbes.

Y ésta soy yo y las #cosasquemedamiedocontar

Agradecerle a Biscayenne esta iniciativa. Es todo un alivio y un desahogo comprobar que el mundo blogero está lleno de seres humanos, y no de personajes perfectos con cocinas perfectas y platos perfectos. En mi vida personal intento ser una persona transparente, odio la hipocresía. Esto me acarrea muchos problemas, pero es que no aguanto las apariencias. 

Así os dejo otros blogs que se han sumado a esta iniciativa:


¡¡Gracias a todos!!

10 comentarios:

  1. He leído pocos post tan sinceros y llenos de verdad.
    Sin ofender a nadie, y sin contar "miserias" como se está diciendo por ahí.
    Tenemos mucho que callar en la vida diaria, no siempre podemos expresarnos como querríamos; el trabajo, obligaciones... nos lo impiden. Pero al llegar al blog, a nuestra casa, nos expresamos como y cuando queremos. Y así debe ser.
    Me ha encantado.
    Mi enhorabuena

    Y por cierto, quita la verificación de palabra! ;)

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  2. No podría estar más de acuerdo Isabel!! Me he animado a escribir esto gracias a ti, porque tu post me ha dejado impresionada.

    Y te prometo que pensaba que no tenía la verificación de palabra, porque a mí no me sale!! Mira si he leído veces lo molesto que te resulta (ojo que a mí también), pero pensaba que yo no la tenía puesta!! Así que sólo por ello agradezco el doble tu comentario, porque sé que huyes de las palabritas!!

    Un besazo enorme y muchísimas gracias por tu trabajo, tu blog y tus palabras!!

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  3. Me encanta ver como se va extendiendo... creo totalmente necesario que se hable de estas cosas. No son miserias, no son críticas a otros blogs, sino hablar de las personas detrás del blog.

    es bueno ver que somos reales y no solo aspiracionales

    mil besos,
    m.

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    1. Muchas gracias Mikel. A mí me gustó mucho tu entrada.
      La verdad es que este movimiento ha sido muy criticado... supongo que también cada uno lo enfoca y lo interpreta de forma distinta.
      Yo me he quedado muy bien, y si a alguien le ha servido de algo o se siente identificado, objetivo conseguido.

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  4. Me he quedado muda con tu entrada tan sincera y con la que coincido en casi todos los puntos.
    He disfrutado leyéndote.
    Un abrazo

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  5. Una nota de humanidad en un mundo cada vez más deshumanizado.

    Enhorabuena.

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  6. Hola,
    he llegado a tu blog por casualidad, buscando una buena receta de les "Bajoques Farcides", muy buena por cierto, y acabo de leer este post cotilleando tus maravillosas recetas tan curradas y bien trabajadas.
    Me ha encantado de veras y me siento muy muyyyy identificada, excelente y muy sincero, faltan muchas personas como tu en este mundo tan hipócrita.

    Enhorabuena por tu blog, está genial.

    Saludos desde Francia, aunque nací en la Comunidad Valenciana y me crié en Muro.

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